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666 Un excéntrico individuo cuando era niño su madre le llevo a sacar su cedula, le había tocado entre los números 12.666.350, la madre vio el numero y dijo el numero del maligno no se lo puede cambiar le pregunto al operador; este respondió -¡fue el que le toco señora esto no es un sorteo!, y el niño le pregunto a la mama que pasaba con ese número. El niño fue creciendo y cada vez que daba su número rara vez le hacían un comentario del numero del maligno, pero él no era creyente y para nada exceptivo sobre ese tipo de cosas, al hacerse adulto vivía en excesos, rumbas todo el tiempo, alcohol, drogas, era un apersona alocada. Se había vuelto un ingeniero acaudalado, era soltero, estaba en su pent-house en un edificio alto y veía la ciudad sintiendo que no era importante entre tanta gente; y veía el precipicio con su revó...